Bienvenidos.

Estimado/a visitante:

Por este medio le damos una cordial bienvenida a este sitio de la Marcha Social. Agradecemos que nos esté visitando porque con su presencia le da razón de ser a un instrumento tan importante en las comunicaciones actuales, como es la internet.


Esperamos que se sienta a gusto, recorriendo todos los rincones de este espacio y le agradecemos, particularmente, si usted tiene la gentileza de hacernos llegar sus comentarios. Tanto a aquellas personas que tienen con nosotros afinidades ideológicas, como a aquellas que, sin participar de nuestro pensamiento político, igualmente se comunican con nosotros. Estas últimas nos enriquecen a través de la expresión de sus pensamientos. A todos/as, muchas gracias.

Lic. Martín Marzano Luissi.

sábado, 21 de noviembre de 2009

Los violinistas.

Esta era una expresión que escuché desde niño, en aquellos ámbitos de efervescencia política que tuve la posibilidad de conocer, desde que tengo uso de la razón. Esta era la expresión que utilizaba un viejo amigo de nuestra familia, cada vez que se encontraba con las incoherencias clásicas que existen entre el pensamiento, o más bien el lenguaje y la acción, de las personas declaradas "izquierdistas".

Muchos se preguntaban porque nuestro amigo les llamaba, no con poco fastidio, "violinistas", hasta que en una ocasión dió una respuesta que explicaba la afirmación. "Violinistas son aquellos que toman el violín con la IZQUIERDA, pero cuando tienen que tocar, tocan con la DERECHA", dijo nuestro amigo.

Veamos si realmente no es así, en un porcentaje alto de estos ciudadanos, a través de la siguiente lectura de un discurso de un presidente actual, cuyo nombre dejaremos para el final, para que imaginemos si en parte no está hablando de la izquierda uruguaya, aunque en realidad habla de la izquierda de su país.

"Hoy hemos derrotado a la frivolidad y la hipocresía de los intelectuales progresistas. De esos que el pensamiento único es el de que lo sabe todo, y que condena la Política mientras la practica.

Desde hoy no permitiremos mercantilizar un mundo en que no quede lugar para la cultura: desde 1968 no se podía hablar de moral. Nos impusieron el relativismo.

La idea de que todo es igual, lo verdadero y lo falso, lo bello y lo feo, que el alumno vale tanto como el maestro, que no hay que poner notas para no traumatizar a los malos estudiantes. Nos hicieron creer que la víctima cuenta menos que el delincuente.

Que la autoridad estaba muerta, que las buenas maneras habían terminado, que no había nada sagrado, nada admirable. El slogan era "VIVIR SIN OBLIGACIONES Y GOZAR SIN TRABAS".

Quisieron terminar con la escuela de excelencia y de civismo. Asesinaron los escrúpulos y la ética. Una izquierda hipócrita que permitía indemnizaciones millonarias a los grandes directivos y el triunfo del depredador sobre el emprendedor.

Esa izquierda está en la política, en los medios de comunicación, en la economía. Le ha tomado gusto al poder. La crisis de la cultura del trabajo es una crisis moral. Hay que rehabilitar la cultura del trabajo.

Dejaron sin poder a las fuerzas del orden y crearon una frase: Se ha abierto una fosa entre la policía y la juventud: los vándalos son buenos y la policía es mala. Como si la sociedad fuera siempre culpable y el delincuente inocente.

Defienden los servicios públicos pero jamás usan transporte colectivo.

Aman mucho a la escuela pública pero mandan a sus hijos a colegios privados. Adoran la periferia pero jamás viven en ella. Firman peticiones cuando se expulsa a algún ocupante, pero no aceptan que se instalen en su casa.

Son esos que han renunciado al mérito y al esfuerzo, y que atizan el odio a la familia, a la sociedad y a la república.

Hoy debemos volver a los antiguos valores del respeto, de la educación, de la cultura y de las obligaciones antes que los derechos. Estos se ganan haciendo valer y respetar los anteriores."


Quien escribió este artículo es Nicolás Sarkozy, presidente de la República de Francia. ¿No le encuentra un parecido con la situación que vivimos en nuestro Uruguay?.

PD: Gracias Fanny por el envío.

Lic. Martín Marzano Luissi